martes, abril 10, 2007

Casi

Entraba yo en el Metro en Príncipe Pío, en la línea 10 camino de Cuatro Vientos, cuando una mano se ha apoyado en mi hombro derecho y un cuerpo me empujaba un poco hacia dentro con el tono (si los gestos lo tuvieran) de "haz sitio, que cabemos". Sorprendido por lo familiar del gesto me he girado pensando que fuera alguno de los amigos con los que había quedado que se hubieran retrasado por alguna razón. Pero no, tan sólo un rostro desconocido, de origen magrebí, uno de tantos inmigrantes que viajan al sur de Madrid. De repente, lucecita. Mirada atrás. Descubro a su lado a un chico más joven que yo, que parecía el hijo del primero. Gestos entre ellos para abandonar el vagón, quién sabe si para esperar un tren más vacío o para tomar otra dirección. Mi mano a mi bolsillo izquierdo y, efectivamente, falta mi cartera. "Mi cartera", le digo al más joven. "Mi cartera", le repito sin darle tiempo a responder, si es que pretendía hacerlo. Al momento, el más mayor me señala el suelo a mi derecha donde habían tirado mi cartera. La recojo y tiene todo, incluídos los 60 euros que accidentalmente llevaba hoy. Los dos individuos abandonan el vagón en dirección al tren de la línea 6 que acababa de llegar.

¿Debo sentirme orgulloso por haberme convertido en un ciudadano astuto? ¿Por acusar sin ninguna prueba real a un chico inmigrante de haberme robado la cartera? Que haya tenido razón y haya podido recuperar el dinero y mis documentos no rebaja mi tristeza, es sólo el mínimo consuelo. No sólo he vivido algo desagradable, sino que he salido airoso de ello por desconfiado, por pensar mal de los demás, por envalontonarme por una corazonada, por ser un ciudadano apto para el siglo XXI. Casi hubiera preferido perder el dinero, la mitad del naipe que comparto con Dana, mis documentos oficiales, mi cartela de yogures de "fragola" de la mensa de Pisa y la foto de mi hermana a cambio de mantener la inocencia, a cambio de sentirme aún un inadaptado en este mundo de locos. Homo lupus homini.

Sólo Sabina (sí, ese de Pongamos que hablo de Madrid) ha conseguido devolverme un poco la sonrisa con su "huraño como un dandy con lamparones".

6 Comentarios:

At 1:43 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

De los 5 sentidos, sabes cual es el que usamos con mayor frecuencia? El tacto. Realmente no creo que estuvieras tan desprovisto de pruebas como crees, simplemente es que los estímulos que recibiste fueron más débiles.
O qué coño, el sentido arácnido!!!

 
At 1:44 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Después de la 1 escribo como un retrasado mental. Con "más débiles" me refiero a los que estamos acostumbrados a recibir por vista u oído. Soes.

 
At 8:51 a. m., Blogger Fer dijo...

La explicación del sentido arácnido me mola más, la verdad...

 
At 4:48 p. m., Blogger neis dijo...

créeme que no es bueno que te lo hayan quitado, yo por confiada en tres meses me han robado el bolso, el móvil y el casco de mi moto. al final quien se vuelve a gastar el dinero es uno mismo, y quien pierde el tiempo en rehacer papeles, trabajos y demás historias eres tú y no los cabrones que se aprovechan de ti... si yo hubiera visto a quien me robaba, te digo que le llamo de todo menos guapo...

 
At 11:12 p. m., Blogger Javier dijo...

Madrid...

Por poco identificado que te sientas con esta ciudad, no te quedan más cojones que adaptarte... es una mierda, lo sé, a mí cada día me cuesta más.

Seguro que en El Provencio no te hubiera pasado eso.

Ni en Florencia.

 
At 3:47 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Vamos, que superado Buitrago deja de caérsele a uno la cartera.

 

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