lunes, octubre 10, 2005

Disfrutar

Es madrugar y no querer cargarte el despertador. Ir a clase cuando ya estás licenciado y saborearla de la misma manera que releyendo un libro. Estudiar lo que más te gusta con el sueño de tu vida como objetivo. Ver a muy buenos amigos. Despedirse por mucho tiempo pero con fecha concreta para la próxima vez. Llegar a casa mojado por la lluvia. Ver una de esas películas que te hacen pasártelo como un niño pequeño. Saber que aunque duermas apenas cinco horas mañana te levantarás lleno de energía y sin querer cargarte el despertador...

domingo, octubre 02, 2005

Ahora recuerdo

Noches como la de ayer, donde todo te es tan ajeno, fueron una de las razones por las que empecé a escribir un blog. Cuando ves tanta gente tan diferente de raíz a ti, te preguntas por fuerza cientos de cosas a las que difícilmente encuentras una respuesta satisfactoria. Y cuando te descubres haciendo cosas que a las 12 de la mañana te parecen impensables y absurdas, te das cuenta de que hay muchas cosas que se te escapan. Porque ayer fue una de esas noches en las que salir consiste en entrar en un bar, llegar al fondo empujando gente, quedarte cinco minutos esperando que de repente aquello se vacíe, darte cuenta de que no sucederá, salir empujando gente y probar suerte en otro bar. En algunos directamente ni se intenta, pero hay otros donde sí, así que pasas más de una hora entrando y saliendo de los sitios esperando que se produzca un milagro. Cuando te das por vencido y te vuelves a casa con el rabo (perdón) entre las piernas, te queda por ver la desoladora escensa del búho, que te recuerda a películas de refugiados, evacuaciones, etc... Una masa se agolpa frente a la puerta del autobús, los primeros con la esperanza de sentarse, los últimos con la única esperanza de entrar y no tener que esperar otra media hora. Y aquí lo dejo, por más que me apetezca escribir algo que podría titularse "Cuando el reguetón se convierte en un estilo de vida".